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! Participar en encuestas de opinión pública o compartir pro-
puestas de políticas.
! En Estados Unidos, el proyecto Civic Switchboard ha capa-
citado a bibliotecarios en habilidades de mediación y el uso
de datos abiertos para fortalecer la participación ciudadana
y el compromiso cívico (Brenner, 2022). De manera similar,
en España, el Ayuntamiento de Madrid desarrolló la plata-
forma Decide Madrid, una herramienta digital que permite
a los ciudadanos proponer y votar iniciativas locales. Este
modelo es adaptable para bibliotecas como un mecanismo
que facilite debates comunitarios y procesos de votación
(Participa Madrid, 2023).

Según Lankes (2016) en The New Librarianship Field Guide, las
bibliotecas pueden convertirse en centros de enseñanza del
uso responsable de tecnologías digitales y en espacios segu-
ros para el diálogo público. Estas herramientas pueden incluir
funcionalidades de retroalimentación directa, como chats o
foros moderados, que promuevan el diálogo constante entre
las comunidades y los gobiernos locales.

Desde un enfoque teórico, Sánchez (2001) resalta que “la gestión
pública implica tomar responsabilidad por la acción del sistema
público en toda su complejidad, abarcando todo el proceso de
políticas públicas, desde la declaración hasta la ejecución”. Este
enfoque subraya la importancia de trabajar en redes sectoriales
e intersectoriales, integrando a diversos actores. Las bibliotecas,
en este sentido, tienen el potencial de consolidarse como nodos
estratégicos dentro de estas redes al facilitar la colaboración y
el acceso a la información.

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