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! Es una oportunidad de construir en colectivo nuevas miradas,
para resignificar imaginarios de contextos locales, regionales
y nacionales para hacer aportes a la definición de políticas,
prácticas y culturas inclusivas y posibilidades de trabajo
conjunto.
! Da cuenta de la polifonía de voces que pueden emerger y
que se expresan a lo largo del proceso.
! Permite la generalización de aprendizajes y la transferencia
no solo de las prácticas sino y, además, del conocimiento.
! Contribuye en el mantenimiento y continuidad de las prácticas,
puesto que la sistematización y la práctica se complementan;
es la práctica la que proporciona los datos y las experiencias
concretas necesarias para llevar a cabo una sistematización
efectiva.
! La organización de la información se piensa para ser trans-
mitida a otras personas que puedan aprovecharla a futuro;
no se realiza como un mero ejercicio compilatorio, histórico
o teórico.
! Debe mantener un equilibrio entre aspectos teóricos y prác-
ticos.
! Implica reflexión sobre la práctica.
! Su propósito es compartir un aprendizaje.
! Enriquece el área o el sector social en el que se produce.
Su principal valor es la transformación y el intercambio de expe-
riencias significativas (no siempre exitosas) para comprenderlas
y orientarlas hacia una mirada de futuro capaz de transformarlas
colectivamente.
Al hablar de experiencia destacada o significativa, no debemos concentrarnos en lo
exitoso o mostrable de una experiencia, que es una tendencia en este tipo de ejercicios;
el verdadero aprendizaje se da cuando somos capaces de analizar críticamente,
incluso, lo que no resultó tan bien como se esperaba; si no, no habría capacidad
de transformación. Toda sistematización se vive como un proceso que va desde la
concepción de una idea hasta la evaluación del proceso del que necesariamente
ha surgido verdadero conocimiento. Toda propuesta de programa- servicio debe
contemplar el ejercicio de sistematización desde la concepción de la idea.
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