Page 14 - MÓDULO 8.indd
P. 14
ANEXO FIN DE LO PERDURABLE
Doris Lessing, 2001
1 Érase una vez un tiempo -y parece muy lejano ya- en el escritores de otros países europeos, a Goethe, a Shakes-
peare, a Cervantes, a los grandes rusos, a Rousseau.
que existía una figura respetada, la persona culta. Él -solía
ser él, pero con el tiempo pasó a ser cada vez más ella- re-
cibía una educación que difería poco de un país a otro -me 4 Una persona culta de Argentina se reunía con alguien si-
refiero por supuesto a Europa- pero que era muy distinta milar de España, uno de San Petersburgo se reunía con
a lo que conocemos hoy. William Hazlitt, nuestro gran en- su homólogo en Noruega, un viajero de Francia pasa-
sayista, fue a una escuela a finales del siglo XVIII cuyo ba tiempo con otro de Gran Bretaña y se comprendían,
plan de estudios era cuatro veces más completo que el compartían una cultura, podían referirse a los mismos
de una escuela equiparable de ahora: una amalgama de libros, obras de teatro, poemas, cuadros, que formaban
14 los principios básicos de la lengua, el derecho, el arte, la un entramado de referencias e informaciones que eran
religión y las matemáticas. Se daba por sentado que esta como la historia compartida de lo mejor que la mente hu-
educación, ya de por sí densa y profunda, sólo era una mana había pensado, dicho y escrito. Esto ya no existe.
faceta del desarrollo personal, ya que los alumnos tenían
la obligación de leer, y así lo hacían. 5 El griego y el latín están desapareciendo. En muchos paí-
ses la Biblia y la religión ya no se estudian. A una chica
2 Este tipo de educación, la educación humanista, está que conozco la llevaron a París para ampliar sus miras
desapareciendo. Cada vez más los gobiernos -entre ellos -que falta le hacía- y aunque destacaba en sus estudios,
el británico- animan a los ciudadanos a adquirir conoci- confesó que nunca había oído hablar de católicos y pro-
mientos profesionales, mientras no se considera útil para testantes, que no sabía nada de la historia del Cristianis-
la sociedad moderna la educación entendida como el de- mo ni de cualquier otra religión. La llevaron a oír misa a
sarrollo integral de la persona. Nôtre Dame, le dijeron que esta ceremonia era desde ha-
cía siglos base de la cultura europea, y que debería por
La educación de antaño habría contemplado la literatura lo menos saber algo de ello, y ella lo presenció todo obe-
e historia griegas y latinas, y la Biblia, como la base para dientemente, tal y como presenciaría una ceremonia de té
todo lo demás. Él –o ella- leía a los clásicos de su propio japonesa, y luego preguntó: “¿Entonces, estas personas
país, tal vez a uno o dos de Asia, y a los más conocidos son una especie de caníbales?”. En esto ha quedado lo
que parece perdurable.