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particularmente qué fue surgiendo gracias a ellos y ellas, qué
definitivamente no hubiésemos podido entender, ni teorizar, si
no fuera por su participación.

La importancia de la gestión documental tiene que ver con, nada
menos ni nada más, que con la historia, con el soporte argumen-
tado de por qué se dice lo que se dice, se hace los que se hace
y se solicita lo que se solicita. No olvidar que estos documentos
hacen parte esencial de los soportes para una convocatoria,
para un diálogo con las instituciones, para una rendición de
cuentas. También porque para que un proyecto se sostenga
en el tiempo debe tender continuidad, y, si por alguna razón las
personas en las bibliotecas cambian, los procesos no tienen por
qué detenerse sin ellas. La gestión documental de esos saberes
en los que todos han participado es el mejor reconocimiento a
sus aportes, y qué mejor que reposen en la biblioteca.

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