Page 95 - MAQUETA BASE DEL DISEÑO INTERIOR DE LA COLECCIÓN DE LIBROS DE LA DIRECCIÓN DE PUBLICACIONES UCSG
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IV.  CURRÍCULO Y SOCIEDAD  93

                  Desde la década de 1950 en la sociedad industrial encontramos un
               currículo que orientaba un proceso de aprendizaje donde el docente po-
               seía el saber y la centralidad en el proceso de enseñanza. Los alumnos eran
               simples receptores de lo que transmitía el maestro en sus clases magistrales;
               aprendían de memoria, sin que se le ofrecieran medios para desarrollar un
               sentido crítico acerca de los conocimientos que iba incorporando. Los objetivos
               educativos se dirigían a proveerles destrezas y habilidades para operativizar el
               ejercicio su profesión. La educación empleaba un proceso de reconocimientos
               y sanciones con el fin de cambiar aquellas acciones del estudiante que no se
               ajustasen a los objetivos educativos. Castigando las faltas y errores se esperaba
               que el aprendiz se encaminara por la única ruta que se consideraba correcta
               para alcanzar los aprendizajes profesionales.
                  La teoría conductista tuvo como precursores a Watson, Skinner, Thorndike
               y Bandura y su característica como método de aprendizaje es la transmisión de
               conocimientos. Su objeto de estudio es la conducta, que dependerá de la situa-
               ción, la respuesta y el organismo. Su fundamento teórico está basado en que a
               un estímulo le sigue una respuesta. Planteaba que la mente obtiene sus cono-
               cimientos del entorno y los comportamientos corresponden a una respuesta
               del individuo en su proceso de adaptarse a los estímulos que recibe del medio.
                  El rol del estudiante en un currículo orientado por la teoría conductista pue-
               de caracterizarse de forma especial en la actitud pasiva que le era requerida. El
               estudiante está supuesto a cumplir las órdenes y someterse obedientemente a
               la autoridad del docente, incluyendo el no cuestionar sus ideas. Su aprendizaje
               lo realiza basado en tareas en las cuales el comportamiento permita ser obser-
               vado, medido, y evaluado en forma directa. Al aprender por comportamientos
               repetitivos, memorizables y realizando las conductas correctas, la evaluación
               de su aprendizaje no consideraba si había asimilado y comprendido los con-
               ceptos estudiados. Lo más probable es que los olvidaría rápidamente. Estos
               sujetos pasivos requerían ser aprobados constantemente como estímulo para
               continuar con igual desempeño en los procedimientos realizados.
                  El docente esperaba modificar las conductas de sus alumnos proporcio-
               nándoles los estímulos adecuados y empleando los contenidos y actividades
               de aprendizaje que determinaba como las apropiadas. El rol del docente era
               controlar el proceso de enseñanza-aprendizaje centralizando la autoridad y las
               decisiones.
                  En el aula de clases los estudiantes se relacionaban a través de mantener
               un buen comportamiento, adecuado a las normas, no en la capacidad o posi-
               bilidad de creación de conocimiento a través de interacciones grupales. Era
               valorada la autodisciplina y se alientan los procedimientos estudiantiles para
               controlar conductas no deseadas en sus pares.
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