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Rankings globales: Alternativas para América Latina
2011b). Sin embargo, la posición tradicionalista es resolver, cualquier proyecto que se proponga
confusa con respecto al grado en que se les rechaza. como una alternativa a la primera generación
Por una parte, recomienda que los organismos, agen- de rankings globales: ¿cómo comparar el des-
cias y empresas productoras de ellos se apeguen a los empeño de IES que tienen funciones y misio-
Principios de Berlín, con lo que se suma al amplio nes distintas, independientemente de la región
consenso que hay en el ámbito internacional en este a la que pertenecen? Este problema exige una
punto. Pero la PT propone además la inclusión de in- metodología distinta a la que se ha criticado.
dicadores que abundan en la formación didáctica de En la actualidad, existen rankings como los
los profesores, reflejando la situación por la que atra- multi-dimensionales que en su fase de factibi-
lidad han proporcionado una respuesta a esta
viesa AL. Se trata de una iniciativa que distorsionaría
cuestión. En la segunda parte del artículo se
la naturaleza global de éstos y su capacidad para esta-
hace una breve revisión de algunos de ellos.
blecer comparaciones (Encuentro Rankings UNAM,
4. Desde luego, lo anterior no niega que el contex-
2012a, págs. 6-7). De ahí que surja la pregunta: ¿En
to lingüístico, económico, histórico y cultural in-
qué medida esta postura estaría abierta a aceptar ran-
fluya en las instituciones en diferentes formas.
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kings que no estuvieran plagados por las limitaciones
Los rankings de cualquier tipo deben conside-
que se han señalado más arriba?
rar estos factores, tal como se recomienda en los
3. Los rankings globales comparan instituciones
Principios de Berlín (UNESCO-CEPES, 2006).
que pertenecen a distintas tradiciones univer-
5. Cabe señalar que los rankings globales, a pesar
sitarias. Pero esto último, diría la PT, tiene la
de sus deficiencias metodológicas, reflejan en el
consecuencia de incurrir en una especie de fa-
fondo la situación de la investigación científica
lacia: la de ignorar que el desempeño de una
en la región, tal como lo observó el Profesor
IES es producto de un contexto histórico-cul-
Simon Marginson (Marginson S. , 2012). Basta
tural determinado. De acuerdo con esta postu-
citar el escaso desarrollo de la investigación y el
ra, no es válido contrastar y evaluar a universi-
reducido número de universidades de investi-
dades que pertenecen a diferentes tradiciones,
gación en la región. Frente a ello, son pocas
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usando los mismos indicadores. Formulada
IES de AL las que aparecen en estos rankings y
de esta manera, la PT estaría asumiendo un
su posicionamiento es más bien bajo. En el año
determinismo cultural extremo sobre las fun-
2012, en ARWU sólo aparecen 11 universidades
ciones de las universidades. De ser cierta esta
latinoamericanas dentro de las 500 mejores, lo
tesis, se podría evaluar a cada institución úni-
que representa un 2.2%. De éstas, únicamente
camente dentro de los parámetros de su pro-
tres están entre las 200 mejores. El ranking Ti-
pia tradición, no habiendo forma de hacerlo
mes Higher Education (THE) únicamente inclu-
para el ámbito global; lo que equivale a decir
ye tres universidades en las 400 mejores (2.5%)
que los únicos rankings metodológicamen-
y en SCImago sólo aparecen diez instituciones
te aceptables son los que se limitan al ámbito
de la región entre las 400 con mayor produc-
nacional. Planteada así, se trataría de una ob-
ción de artículos científicos.
jeción a los supuestos mismos que fundamen-
tan la metodología de los rankings globales. Se
debe subrayar que si se renuncia al supuesto 23 A este respecto véase (Wittrock, 2008).
del determinismo cultural extremo adoptado 24 La producción científica de AL sólo constituye el 4.9% de la
por la crítica anterior, entonces se plantea un mundial (con la metodología de SCimago esta cifra se reduce
problema que debe enfrentar, y eventualmente al 3.9%; además casi no existen verdaderas universidades de
este tipo en la región.
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